CRONICA HALF MARESME
A mediados de enero, cuando llega momento de plantear la temporada,
marcada principalmente por el hecho de correr o no la maratón de Barcelona,
tomé la decisión de emprenderla con un nuevo propósito: hacer el half del
maresme, o sea, debutar en una nueva distancia con lo que debía comprometerme
conmigo mismo a una vez acabada la maratón a darle caña a la bici, a pesar de
no disponer del tiempo que quisiera para poder entrenar.
Por fín llegó el día,
con los típicos temores de no haber acumulado el volumen de kilómetros
necesarios para poder acabar de una manera digna y sin sufrir demasiado, pero
con las buenas sensaciones que me había dejado el triatló de Lloret, sobretodo
en el sector de natación, que es para mí el más traumático y que más me inquieta,
aunque últimamente es donde menos sufro.
Los días previos los viví con bastantes nervios aunque con
ganas de que llegara al fin el momento. Y llegado el momento nos juntamos la
expedición Picornelia en Calella, lugar óptimo para las salidas nocturnas
adolescentes, quizás no tanto para pasar una noche de relax pre-competición,
pero una vez superado para mí el caótico momento de instalar el material
necesario en boxes, solo quedaba relajarse, dormir y esperar escuchar el
despertador a las 5:30.
Llegó la hora del desayuno y últimos hábitos antes de dejar
el hotel y dirigirme, con Marc, a la zona de boxes, atravesando por la playa el
recorrido del sector de natación. El agua estaba en calma, como una balsa, y a
pesar de que andando se nos hicieron eternos esos 1.000 mts entre boya y boya,
el buen estado del mar hizo que viviera los minutos previos con una sorprendente
tranquilidad. Ya en la playa nos reunimos con el resto de la expedición hasta
que llegó el momento de colocarse en los cajones de salida por grupos de edad.
NATACIÓN: Plácida. Salí a no agobiarme y escorado a la
izquierda para no recibir palos. Y así fué. La verdad es que fueron 2.000
mts en 39 min de brazada continua y
progresiva por lo que llegué a la orilla, mareao como un pato claro, pero con
sensaciones optimistas a la hora de afrontar el resto de la carrera.
T1: Una catástrofe, como viene siendo habitual. Solo pensaba
en mear. Eso hizo que saliera de la carpa sin el dorsal y tuviera que volver a
por él. Casi 8 minutazos.
BICI: Consciente de que se haría pesada, ya que el circuito
era prácticamente llano y soy un pésimo rodador. En los pequeños repechones
intentaba avanzar alguna posición, que luego en los tramos de ir acoplado las
perdía. En los últimos 20 kms solo pensaba en llegar sin sufrir ningún pinchazo,
que era lo que a priori, podía evitar que lograra acabar la carrera. Se me
hicieron eternos los últimos metros, ya en zona urbana, con los malditos
badenes de los coj..
T2: Unos 2 minutos. Esta mucho mejor, aunque una gota de
sudor salada, muy salada, se me metiera en el ojo y tuviera que ir unos metros
guiñándolo. A pesar de la gran afluencia de público femenino no fui correspondido
ni una sola vez.
CURSA A PIE: Dos vueltas a un monótono y canicular circuito
de 10 km, que como tal, tuvo dos partes. La primera vuelta con buen ritmo y
buenas sensaciones. La segunda un calvario. Eran ya la una del mediodía y todo
lo que bebiera era poco. Santa Susana teóricamente está a unos 5 km de Calella,
pero alguien, ese día, se la llevó lejos… No había manera de llegar al giro que
retomaba la vuelta a Calella… Bueno, al final llegó…, y tras unos tres últimos
kms eternos y con el objetivo de no caminar en la media maratón cumplido se
hizo realidad el sueño!!
Mi debut en la media distancia ha sido un éxito!!!
Dar las gracias a todos los que estuvieron animando a la
fresca…, y a todos los compis y amigos con los que he compartido entrenos, salidas
en bici, cervezas, etc, y que han hecho
de la práctica de este duro deporte un ameno y enriquecedor modo de vida.
PEDRO
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